jueves, 10 de mayo de 2012

UN AÑO EN TANZANIA


(Reflexiones de un aprendiz de voluntario)
Juanje

Los principios

Llevo desde principios de septiembre en Tanzania.  Después de mucho tiempo preparándome para esta experiencia de voluntariado y tras pedir un año de excedencia en el colegio donde trabajo, me he embarcado en esta apasionante aventura, impulsado por una idea obsesiva: “sal de tu tierra”.
¿Cómo explicarlo? Todo empezó hace ya unos cuantos años cuando comienzo a ir a Perú. Conocer en profundidad aquella realidad y removérseme algo por dentro fue todo uno. El contacto cercano con aquella gente tan sencilla que me acogía en sus casas, las injusticias tan grandes que fui descubriendo, las desigualdades entre unos y otros, la miseria, el sufrimiento de tanta gente,… Algo me fue pasando y en mi corazón sentí, siento, una llamada muy fuerte a dedicar mi vida a los pobres, a los más pequeños. Surgió entonces el deseo de pasar un año en un país del sur.
Después de mi primer viaje a Perú, nace la idea de realizar actividades de sensibilización en Burgos para dar a conocer aquella realidad y también buscar fondos para pequeños proyectos de cooperación. Poco más tarde un grupo de amigos formamos la Ongd Persona Solidaridad que ya va por su sexto año de vida. Todos somos voluntarios y dedicamos mucho esfuerzo a la sensibilización en nuestra ciudad y a la cooperación en Perú y Tanzania.
Y así hasta el 2011 donde todo va tomando forma. África me llama con fuerza desde que vine por primera vez en el 2007. Ese año empecé a conocer Tanzania de la mano del misionero burgalés Daniel Ruiz. Me impresionó la pobreza, más sangrante que en Sudamérica. La visita a los enfermos de malaria y de sida me interpeló con muchísima fuerza. Cerca de la misión está el primer proyecto de la Fundación Agrónomos sin Fronteras. Desde entonces mi relación con ellos fue en aumento y este año me acogen en su segundo proyecto agrario: el Programa Pawaga.